Los testimonios de mujeres afectadas de endometriosis y que se atreven a romper el silencio son extraordinariamente importantes para las demás. Ahora, la nadadora Emily Seebohm ha «salido del armario menstrual» y contado su calvario diagnóstico y en competición:
Emily Seebohm acababa de cumplir 24 años y se estaba preparando para los Juegos de Río en las peores condiciones posibles: “Me tenía que tumbar en la cama casi cada día entre los entrenamientos. A veces no podía levantarme del cansancio. Pensaba que me volvía a loca y le dije a Mitch (su novio, el también nadador Mitch Larkin): esta no soy yo. ¿Qué me está pasando? Me di cuenta de que algo iba realmente mal. Los retortijones, el dolor de espalda, las irregularidades en mi ciclo menstrual, la ansiedad y el cansancio no podían ser normales”.
Un mes antes de los Juegos su ginecólogo le dijo que podía padecer endometriosis. “Y en ese momento no sabía ni lo que era”, admite. La única manera de saberlo con seguridad era pasar por el quirófano y la nadadora ni se lo planteó teniendo Río tan cerca; primero quería competir, pese a todo. Pese a que durante el año tenía que ir cada dos semanas al hospital porque siempre estaba baja de hierro y pese a los esfuerzos por seguir el plan de entrenamientos y una dieta estricta porque subía constantemente de peso debido a las irregularidades hormonales. “Siempre he intentado salir a la piscina y mostrar mi mejor cara, la de valiente, mientras había algo que no podía controlar y la mayor parte del tiempo sentía que me moría por dentro. Podíamos tomar Panadol para el dolor, pero intentaba no hacerlo cuando competía”, afirma.
En Río ni siquiera se pudo clasificar para la final de 200 metros espalda siendo la campeona del mundo y la favorita y fue la penúltima en la de los 100, pero se llevó el premio de la plata en los relevos mixtos 4×100. No hizo público en ningún momento lo que le sucedía mientras su novio, Mitch Larkin, lograba el segundo puesto en la final de 200 espalda y no la dejó sola: “Fue mi mejor apoyo mientras sentía que estaba en un agujero negro. Siempre me ayudó, apoyó y animó cuando pensaba incluso en retirarme”.
fuente: Mundo Deportivo
el testimonio se une al de la nadadora china Fu Yuanhui, que manifestó que sufría endometriosis aunque parcialmente avergonzada por el hecho. Queda por recorrer pero tenemos ejemplos de heroínas que pese a la fatiga y el dolor han GANADO MEDALLAS.