¿Es normal mi regla? (1)

Al tabú menstrual se une el desconocimiento sobre esta función fisiológica básica del cuerpo de las personas nacidas con útero. A veces nos surgen dudas y los foros de endometriosis y fertilidad están llenos de preguntas sobre la menstruación «normal». ¿Es normal mi regla? Me dura mucho, me duele mucho, tengo un ciclo más largo o más corto que mis amigas…

Una regla considerada “normal” (en el sentido de saludable) se mueve dentro de los siguientes parámetros óptimos:

  • Duración: entre 3 y 8 días.
  • Periodicidad: cada 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34 o 35 días.
  • Volumen: entre 5 y 80 ml en total por menstruación, es decir, expulsas entre 5 y 80 ml de sangre, flujo y coágulos desde que empiezas a sangrar hasta que acabas. Ojo: si tienes miomas o endo, probablemente el límite máximo de tu normalidad aunque no saludable sea 150ml por menstruación [¿Cómo sabes cuánto sangras? Próximamente en otro post]
  • Dolor: no duele o se siente algo sólo en la ovulación (Mittelschmerz) y/o el día antes o día 1 se siente un cólico leve como ganas de evacuar, que se pasa con las horas.

Ahora, te invito a que hagas este ejercicio por tu salud: coge una libreta o una app menstrual para el móvil y anota: «Mi regla normal dura 5 días, me viene cada 31 días y echo unos 70ml de sangre». Otro ejemplo: «Me viene la regla cada 27 días, me dura 7 días pero echo muy poquito, 20ml en total».

Como veis, cada mujer o persona que menstrúa es un mundo y es falso ese ciclo mestrual idílico de las lunas rojas de 28 días. Incluso en un ciclo menstrual saludable, «normal», pueden suceder cosas que nos parezcan extrañas, sobre todo si somos jóvenes (lógicamente, no tenemos experiencia de años menstruando). Vamos a ver algunas de ellas en el siguiente post: ¿Es normal mi regla? (2).

estrógenos en la dieta

[youtube=https://www.youtube.com/watch?v=qRRtgYgw6gY]

Ya sabréis que el aparato digestivo es nuestro segundo cerebro. Aquí hay una explicación muy sencillita del hiperestrogenismo, el exceso de estrógenos, bien por generarlos en demasía, por absorber los xenoestrógenos ambientales, bien por no sintetizarlos (eliminarlos) adecuadamente. Afecta a la salud intestinal, a la salud emocional, a la ansiedad, a la calidad del sueño… Esto lleva a más estrés o peor resistencia al mismo, el flujo vaginal será abundante y más duraderos, miomas, endometriosis, fibromas mamarios y síndrome premenstrual. Hay riesgo cardiovascular y de tumores debidos en última instancia a los estrógenos.

masaje genital femenino terapéutico

[youtube=https://youtu.be/Xj8CW8lmAKs]

Ya hemos tratado sobre los cuidados de tu suelo pélvico en otras entradas del blog pero queremos insitir en esta tercera entrega porque el vídeo estábien enfocado a que os lo haga otra persona que os ayude, así podéis concentraros y relajaros mejor y ser más conscientes de los movimientos. Aunque no estéis embarazadas el vídeo es muy claro y da unas directrices al final muy importantes, como no hacer daño ni tolerar presión excesiva. Espero que os anime a practicar el automasaje para reducir el dolor en la vulva y mejorar la evacuación. Recordad siempre hacerlo con aceite de masaje adecuado para mucosas (vagina/vulva) o bien aceites vegetales sin perfumes ni aromas (oliva, sésamo, almendras, rosa mosqueta…).

¿Tenemos educación sexual o reproductiva en España?

Traigo aquí a colación aquí el enlace al magnífico artículo de Carlos Bezos-Daleske, director del Instituto de Experiencia del Paciente, en el que desarrolla una tesis en las que estamos plenamente de acuerdo aunque lo habríamos expresado con las palabras opuestas. Así, creo que el embarazo y los bebés no puede ser una commodity más, y, como el autor, que la educación sexual y afectiva aún es una utopía en España. La difeencia es que donde Bezos dice que «no hay educación reproductiva» yo digo: «educación sexo-afectiva». Por lo demás, un artículo magnífico lleno de sugerencias: Tenemos educación sexual, pero no tenemos educación reproductiva: un enfoque desde la humanización.

el estrés y la endometriosis

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“Las mujeres con endometriosis sufren de altos niveles de estrés debido a los síntomas de la condición, y además por la preocupación por su salud y el posible impacto de la endometriosis en la fertilidad”*.

Hay ya tres estudios que muestran que las mujeres con endometriosis tenemos niveles más bajos de cortisol que las mujeres sin la enfermedad.

Los estudios en animales confirman datos que demuestran que el eje HPA está comprometido en pacientes con enfermedades dolorosas crónicas, incluyendo la endometriosis y la dismenorrea. Sin embargo los mecanismos subyacentes y las consecuencias fisiológicas de las disfunciones en el eje HPA en estos pacientes todavía son desconocidos. Es importante llevar a cabo estas investigaciones para saber si niveles bajos de cortisol son causa o consecuencia de la endometriosis, y si aberraciones en el eje HPA pueden aumentar el riesgo a enfermedades inflamatorias, lo que explicaría la alta comorbilidad entre la endometriosis y el asma, las alergias y otras afecciones inflamatorias.

Este estudio (ver fuente) presenta pruebas por primera vez de los efectos negativos del estrés en la progresión, la inflamación, y la percepción del dolor en un modelo animal de endometriosis. En este modelo la exposición a estrés aumentó la severidad de la enfermedad y también de los parámetros inflamatorios, y aberraciones en la expresión de moléculas asociadas a la regulación y percepción del dolor.

Los datos de los estudios sugieren que el estrés modula al sistema inmunológico y al eje HPA, contribuyendo a la fisiopatología de la endometriosis.

Esos resultados y otros sugieren que el uso de técnicas para el manejo del estrés ofrece alternativas terapéuticas útiles para reducir los síntomas y progresión de esta enfermedad. En el blog ya hemos hablado del uso de técnicas de relajación para ello y evidentemente cambios integrales del estilo de vida sin los cuales la inflamación no hará más que aumentar y, con ello, el dolor.

Por otro lado, también ha quedado demostrado el efecto del estrés en la infertilidad debida a la endometriosis:

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FUENTE:

*Caroline B Appleyard, Siomara Hernandez, Marielly Cuevas, Kenira J. Thompson, Idhaliz Flores, y Annelyn Torres-Reverón: «El estrés afecta la progresión, los mecanismos centrales de percepción de dolor y los parámetros inflamatorios de la endometriosis»

Traducción del gráfico de Endometriosis Worldwide March por EndoMarchTeam Perú

la dieta sin trigo

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Charla sobre nutrición y endometriosis en Los Placeres de Lola

Sobre la endodieta uno de los factores que más cuesta cambiar o adoptar es el comer sin trigo ¿Que alternativas tendremos las afectadas por endometriosis? ¡Muchas!: otros cereales, pseudocereales, en frío, calientes… La nutricionista Eulàlia Vidal explica las propiedades nutricionales de la quinoa, el trigo sarraceno, la espelta, el maíz, el amaranto o la avena y cómo comerlos, digerirlos y prepararlos (no en este orden;):

[youtube=https://www.youtube.com/watch?v=FB9IrmF63mU]

masaje perineal (2)

He escogido este vídeo, aunque es largo, porque tiene mucha calidad y muestra bastantes técnicas bien acreditadas por una fisioterapeuta. Conviene que sigáis al pie de la letra la respiración de cada movimiento. Aunque sea enfocado al parto, todo es aplicable a las afectadas de endometriosis, embarazadas o no (lo explico debajo).

[youtube=https://youtu.be/xKxa4X8Yqnw]

Aunque el masaje perineal, o automasaje del periné, se suele recomendar a las embarazadas para mejorar la elasticidad del rombo del perineo, a las afectadas de endometriosis (estemos embarazadas o no) también nos beneficia el incorporar la lubricación, hidratación y masaje con determinadas pautas de esta zona diariamente, especialmente si sufres dolor vulvar, vulvodinia o vaginismo.

Con mucha frecuencia el introito vaginal está tenso en la endometriosis más grave o que se lleva padeciendo años; y hay que ir ablandándolo para que ceda, tanto por nosotras como para facilitar que la musculatura no se tensione más (hipertonía) y sepa relajarse. Esto es muy importante, por ejemplo, para disfrutar de penetración digital o de otro tipo en contextos eróticos, así como poder realizar exploraciones ginecológicas, nada divertidas para todas las afectadas por patología dolorosa pero que pueden llegar a ser imposibles.

 

el dolor de Fu Yuanhui no es normal

Hemos visto estas últimas horas las reacciones mundiales al incidente en los Juegos olímpicos protagonizado por Fu Yuanhui (傅园慧) que ha sido denominado «la ruptura del tabú menstrual» 1) para el público chino y 2) entre las deportistas de alta competición. Pongo el vídeo, que ya habréis visto, porque es imprescindible ver la cara de dolor de Fu Yuanhui:

[youtube=https://www.youtube.com/watch?v=9JeWZZ39b6Y]

Por supuesto, carezco de los datos para saber si Fu Yuahui padece endometriosis (puede que ni ella misma lo sepa), pero está claro que su dolor (dismenorrea) es excesivo. Ya Paula Radcliffe, Jessica Judd o Anne Croft (por citar las deportistas británicas a las que sí se da cobertura en medios) hablaron sobre la menstruación en competición. Y hay mucha bibliografía sobre el uso de anovulatorios para planificar ese falso primer día del ciclo menstrual (ya que el sangrado, como sabéis, no es ovulatorio, sino un fake para que las mujeres no extrañáramos la hemorragia), especialmente entre corredoras, para que no fastidie pruebas importantes. También, por supuesto, se han planificado embarazos y se ha hormonado voluntaria e involuntariamente a las atletas. Pero hoy nos referimos en exclusiva al tratamiento mediático del dolor menstrual de las deportistas.

Hace muchos años que la medicina deportiva, por su lado, y la antropología y sociología menstruales, por otra, se ocupan de si hay verdaderamente cambios en el rendimiento de las mujeres que menstrúan y cómo compensarlos para que en la competición no se desvirtúe el trabajo de entrenamiento previo. Hay múltiples consideraciones que hacer sobre este caso, como si verdaderamente la cultura «china» (como si fuera unitaria dentro y fuera de China, o entre clases sociales/hábitat/nivel educativo) tiene un tabú menstrual, o si éste es mayor o menor que la cultura «occidental» (que, presumimos, es más bien la globalizada cultura estadounidense/anglosajona). Otra consideración en la que no me voy a extender es sobre la estupidez de algunos comentarios en la red sobre si visibilizar o declarar este problema por parte de la nadadora olímpica era una «excusa» por su bajo rendimiento. El machismo del comentario va de suyo, no me extiendo.

No obstante, sí quería señalar las dos caras de la moneda en que las deportistas y las mujeres que menstruamos nos jugamos nuestra identidad social. Por un lado, hablar de la regla en el contexto de una retransmisión deportiva televisada, que ven millones de personas de todo el mundo, es un acto con pocos precedentes y reseñable, positivo. Por el otro, me rechina que, a la par que la nadadora explicita la causa de su dolor, añade, inmediatamente después: «Creo que no nadé bien hoy. (…) El periodo me vino anoche así que me siento bastante floja y muy cansada hoy. Pero esto no es una excusa. Al final del día no nadé demasiado bien» [traducción de los subtítulos ingleses del vídeo]. Para evitar que el patriarcado interiorizado y el mediático la acuse de utilizar ese estado fisiológico (primer día del ciclo menstrual, sangrado) como excusa, ella misma se culpabiliza y se adelanta a las críticas que, efectivamente, sectores reaccionarios han vertido sobre ella por citar su menstruación (véanse los comentarios a sus vídeos).

No podemos dejar escapar estas oportunidades de cobertura mediática para visibilizar, no sólo la regla (que es un proceso fisiológico normal con el que se puede hacer deporte y desempeñar cualquier actividad si la persona se siente bien, cosa que es lo habitual en un estado de equilibrio hormonal) sino, también, que los calambres menstruales* no son algo normal. No es normal que a Fu Yuahui le duela tanto. Una deportista olímpica, precisamente por su alta actividad física y menor cantidad de grasa, tendría tendencia a reglas poco abundantes -o menos abundantes de como eran antes de iniciar los entrenamientos intensos-, menos dolorosas e, incluso, a amenorreas.

Una mujer preparada para la alta competición es encontrada agachada** retorciéndose de dolor junto a la piscina en la que acaba de nadar junto a su equipo. No es sólo dolor pélvico, es que ella confirma lo que para todas es obvio: le duele la regla muchísimo, tiene una dismenorrea feroz. Cuando la menstruación duele de esa manera, es inevitable pensar en endometriosis, adenomiosis o un trastorno ginecológico. No podemos dejar escapar estos episodios públicos para concienciar a la población de que no es normal que a una mujer sana le duela tanto que no pueda caminar, estar de pie, no ya ganar una medalla de plata (ganó la de bronce). No es normal y nadie ha hablado más que de visibilizar la menstruación en el deporte de élite, cosa muy positiva, pero además habrá que hablar simultáneamente de que el dolor de regla así de extremo no es normal: ni sentirlo, ni que esté sin tratar/medicar (¿podía Fu Yuanhui haber tomado analgésicos/AINE’s, o habría constituido dopaje?)/diagnosticar. Sea o no endometriosis, esperemos que Fu Yuanhui busque y reciba la atención especializada necesaria para manejar sus dolores pélvicos y que no le hagan sufrir tanto. Y que se hable de «trastornos menstruales», no de «menstruaciones dolorosas». La regla no es una enfermedad pero, la endometriosis, sí.

  • La traducción que últimamente se está dando a killer menstrual/period cramps desde el periodismo a los clásicos «retortijones menstruales» o «cólicos». Me gusta más el término «cólicos menstruales» porque es mucho más preciso respecto al origen visceral del dolor menstrual y porque no todo el dolor menstrual es «eléctrico» o viene y va como un «retortijón», sino que puede ser sordo y continuo.

** Las cuclillas se emplean bastante en el sudeste asiático como postura de descanso o cómoda para emprender actividades y son una excelente manera  de aliviar, en ocasiones, el dolor menstrual y la pesadez abdominal de origen ginecológico.

cómo dar un masaje vulvar

Si has tenido cirugías pélvicas o sufres endometriosis es muy normal tener hipertono en el suelo pélvico, determinados dolores y tiranteces en el perineo, la vulva, la vagina, los músculos… todo tira, escuece y está inflamado. Si practicas estos masajes 3-4 veces a la semana o, mejor aún, todos los días unas semanas, combinado con estiramientos del psoas (piramidal/ciática) notarás muchísima mejoría. Para hidratar lo ideal es empapar los dedos con aceite de almendras, de rosa mosqueta, de sésamo (super hidratante para los tejidos vaginales y vulvares) y por supuesto lavar bien las manos y cortar las uñas romas. Nunca hay que producri dolor, sino masajear poco a poco para des-sensibilizar la zona, que está dolorida por la inflamación y la irritación del SNC.

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